Diferencia, Conflicto, Política
Escrito por Ps. Elena Bianco Arco
El acto plástico desde una perspectiva política.
Introducción
A partir de la propuesta de reflexionar sobre como promover una actitud intercultural(1) de respeto de las diferencias en el contexto especifico en que trabajo, me gustaría compartir las ideas a las que pude acceder en mi desempeño profesional en el Taller de Expresión Plástica.
Coordino el taller de Expresión Plástica «14 de Julio»(2) que trabaja con grupos de niños y Jóvenes. En el desarrollo de la Creatividad y Expresión a través de la producción Plástica a partir del modelado en arcilla, pintura, construcción y dibujo.
El objetivo del taller es poner en marcha los procesos de Expresión y Creación propios del Hombre, en tanto hacedor de objetos. Esto hace confrontarlo a momentos de incertidumbre así como a la posibilidad de transformación. El modelo vincular(3) y la posibilidad que brindan los elementos plásticos, son las herramientas básicas del trabajo de este taller. El trabajo en equipo ha sido una constante en la trayectoria del taller que ha sido fundado en 1986(4).
Una preocupación actual en el taller es como tramitar las diferencias, la diversidad que existe en los grupos.
Podríamos decir que en determinados grupos predomina el etnocentrismo. La posición en que se encuentran por momentos los alumnos es:» quien no tiene mis códigos, quien no asiste a los lugares que yo asisto quien me interpela como diferente…, debe ser neutralizado, o desvalorizado, o devorado, o expulsado». He aquí una postura que se aleja una actitud Intercultural.
«El etnocentrismo, ese «modo cognitivo del enfoque de la diferencia», como lo llama Margalit Cohen-Emérique – es un fenómeno probablemente universal. Aquél que nos lleva a imaginarnos simbólicamente en el centro del mundo, a creer que nuestras categorías de pensamiento son las más válidas; nuestra cosmovisión, la que más fielmente refleja la realidad; nuestras soluciones, las mejores y las más adecuadas. .»El etnocentrismo, que dificulta la percepción y la apreciación de la diversidad cultural, es uno de los riesgos más frecuentes a los que se ven enfrentados los docentes, los operadores sociales…en sus prácticas cotidianas con grupos multiculturales»(5) y agregaría que esta dificultad, el etnocentrismo, también aparece en los grupos de una misma cultura. Es decir en las micro-culturas.
El presente trabajo profundizará el tema del etnocentrismo en una situación micro-cultural en un ámbito de Taller de Expresión Plástica. Intentaremos mostrar como esposible la deconstrucción de las ideas esencialistas. La deconstrucción y la descentración implican la aceptación de un carácter relativo en los códigos de la relación.
En el trabajo reflexivo nos detendremos en conceptos como Política, el hacer plástico, construcción de la subjetividad, producción de la subjetividad, políticas de exclusión, políticas de conflicto; que nos conducirán a pensar acciones que promuevan el cuestionamiento de las propias creencias, prácticas y profundizar sobre el tema alteridad.
Comenzaremos relatando la experiencia de construcción de una Pintura Mural Grupal de 3x4mts. Para luego pasar a reflexionar sobre el acto plástico desde una perspectiva política.
La experiencia.
Habitando el espacio del talle, Pintura Mural 3×4 mts.(6)
Una experiencia para compartir.
La idea inicial fue montar el escenario del taller de expresión plástica «14 de Julio» para que nuestros niños y jóvenes lo habitaran con sus personajes y fantasías.
Es así que sacamos una foto de uno de los rincones del Taller.
Luego y a partir de esta llegamos a un dibujo manteniendo proporciones y elementos básicos que definen el espacio del taller como ser: los caballetes, la mesa los estantes, las banquetas, la puerta, el panel donde pintamos…
Con la foto y el dibujo del escenario en mano hablamos con los protagonistas de esta obra: niños y jóvenes de entre 4 a 14 años. El entusiasmo fue contagioso y había algo en común: ninguno sabía si esto resultaría, era una experiencia nueva para todos nosotros.
Propusimos entonces empezar a dibujar en hojas y cartones posibles pinturas y dibujos para luego recortarlas, de forma de obtener una plantilla que posteriormente se iría colocando en diferentes lugares, posiciones -probando – en la tela-mural, para poder elegir el lugar donde sería pasado (copiado).
La preparación de la Tela-Mural la realizamos los docentes y practicantes del taller. Consistió en hacernos de 12 metros cuadrados de tela que fueron cosidos y preparados previamente con una mano de pintura de base. Sobre la misma pasamos la cuadrícula, cuadro a cuadro.
Finalizado el trazo a lápiz se repaso con pintura las líneas de los elementos que definen el taller: piso, paredes, caballetes, mesas, bancos etc.
Allí aparece el primer personaje: «la niña que se martilla el dedo». Y paso a paso en todos los grupos se empiezan a hacer pruebas de lugares de las distintas propuestas de los niños, se dibuja……se pinta, «estoy solo, singularmente solo en grupo». Todos participamos en la ubicación de las plantillas, las cambiamos, las probamos, le preguntamos a los compañeros, y la última palabra la toma el que la va a plasmar, y allí queda.
Son 49 los participantes.
Fue muy lindo ver y estar en todos los grupos donde semana a semana cada grupo se sorprendía de cómo el mural cambiaba. Al comenzar ese día de taller pasábamos un tiempo observando las «apariciones», en aquellos lugares vacíos que ahora se poblaban de insospechadas imágenes. Para los niños era «mi pintura» pero tenía lo inevitable de lo grupal que lleva a cambios inclusive en «mis» realizaciones.
Se pinta en un clima muy agradable, tranquilo; también jugamos con lo que va apareciendo. Se trabaja mucho, se observa y disfruta lo que hacen los demás; también se descansa.
Nosotros los docentes, siempre estamos en la vuelta.
Mucha concentración, mucha dedicación, mucha apropiación de nuestro espacio.
Y la tela-mural se habita, ….y el fondo se pinta,….y la festejamos.., la inauguramos
La idea inicial montar el escenario del «taller de Plástica 14 de Julio» para que nuestros niños y jóvenes lo habiten con sus personajes y fantasías se vio superada.
Reflexión.
El acto plástico desde una perspectiva política.
Comenzaré planteando algunas preguntas: ¿Porque tiene una connotación particular esta experiencia plástica(7)?, ¿porque siento la necesidad de hablar del acto plástico desde una perspectiva política?; ¿porque afirmo que esta experiencia ofrece la oportunidad de pensar conceptos como etnocentrismo y deconstrucción en una micro-cultura como el taller de Expresión Plástica?
Primero, voy a compartir como entiendo la palabra: Política; que convoca rápidamente en todos nosotros una suerte de «política partidaria», o también «política lo que hacen los políticos» es decir los representantes de. Así como nos vienen a la mente «políticas sociales, culturales…., formas de organización propuestas desde el Estado.
No es desde esta perspectiva que tomaremos aquí el término, sino desde un derivado de su definición etimológica.
Propongo pensar la política como un hacer que tiene que ver con la polis, un hacer que abarque a un conjunto de personas.
Entonces hacer política es una forma de hacer con otro.
Tomaremos el aporte de .» Jacques Rancière.(8) Del texto: «11 tesis sobre la política». Dice que: «la política debe ser definida por sí misma, como una modalidad específica de la acción».
Ya no estamos en la idea de que la política me viene de afuera, como en el caso de una medida tomada por un municipio, como algo exterior a uno.
Aquí estamos en una modalidad que parte de una acción propia de uno con otro.
La acción a la cual voy a referirme es la pintura-mural. Esta acción es una experiencia compartida. Un hacer con otros, que implica aceptar la convivencia con otros diferentes. Esto en algunos momentos presentaba conflictos, en cuanto a la elección en la tela-mural de lo que hizo cada uno, así como del lugar en que se ubicaría.
Una aclaración; no fue un colage de pinturas en donde cada uno ponía algo y se iba. En la tela-mural se puede ver diseño, ritmo, detenimiento, armonía plástica, que se fue construyendo en cada día de trabajo.
La pintura del otro modificaba la pintura mía en tanto vecindad. Esto mismo hizo que algunos niños hicieran producciones en base a lo que hacia el otro. Por ejemplo, un niño hizo un personaje y a la semana siguiente, cuando vio que la tela estaba cambiada, desistió de continuar con lo que venia pintando (un personaje que salía de tarrito de pintura azul, se puede ver en foto 2). Comenzó un proyecto nuevo: un pintor saliendo del cuadro, de su cuadro (se puede ver en foto 4 y 5).
Otro niño, de otro grupo, viendo que el personaje que salía del tarro de pintura azul, no estaba más en la tela, tomó la idea e hizo salir un monstruo del tarro de pintura (que es lo que hoy se ve en el centro de la tela, en foto 4 y 9).
Este es un ejemplo de cómo el hacer determina, por un lado lo que se va haciendo en el orden plástico y por otro, determina al sujeto que hace. En este caso lo cuestiona, lo interpela, lo habilita a crear. Era muy frecuente la discusión dentro del grupo de donde poner cada creación.
Cuento un ejemplo: se creo un banco para poner un conejo. El banco no existía previamente en la tela y lo crearon para poner a este personaje (el conejo), ya que de la discusión en el grupo, salía que el conejo tenia que ir arriba de un banco.
El ejemplo es claro en cuanto a la modificación a través de la creación de un nuevo elemento (banco).
La experiencia con otros nos muestra que no es totalmente predecible lo que acontece en la acción. Lo vimos recién sobre la tela, la niña que creo el conejo, dijo: «pero el conejo tiene que ir sentado en un banco y no hay bancos; sino no llega a la mesa». Surgió en la discusión con los otros, se dio cuenta que no llegaba a la mesa de trabajo y otra niña le dijo: «ponelo sobre un banco». Entonces la tallerista creo el espacio para poner el banco.
Si lo político es hacer con otros, entre otros, lo que sucede son acontecimientos(9). Estos no son predecibles, sino que deviene de la situación de encuentro(10) .
Esta lógica de comprensión de los aconteceres va produciendo efectos, no solo en los actos sino en los sujetos protagonistas de la acción.
Dicho de otra forma: Cuando el niño se enfrenta a la oportunidad de entrar en el escenario de la tela no sabe y no es necesario que lo sepa, donde quedará él como sujeto después de esta experiencia.
O sea, el sujeto no es previo a la acción que realiza, como lo resalta Raciere. Es la acción con otros la que produce al sujeto. La acción da cuenta de la existencia del sujeto.
Como dice J.L.Moreno(11), el creador del psicodrama: «lo primero es la acción».
Y esta acción se forja en el encuentro entre otros. Es una acción producida en una situación concreta con otros, en este caso, repito, la tarea de pintar la tela.
Entonces volviendo a la definición que tomamos aquí de política hasta ahora podemos decir que: es una forma de organización de más de una persona, que comprendida desde una lógica de situación da cuenta de una experiencia, de acción compartida. Esta acción compartida es trabajo. El trabajo es una forma de acción política (de la polis, del grupo que emprende el trabajo). La pintura-mural, en tanto trabajo grupal, es una forma de acción política, de organización política. Y esta acción hace al sujeto de la experiencia.
Ahora bien esta experiencia es posible porque hay una apropiación de tiempo y espacio de compartir, de «hacer» con otros. Y si hay apropiación hay subjetividad en juego.
Por ejemplo: da cuenta de esta apropiación el orgullo de una niña, que según contaba su madre, estaba inquieta por mostrar la tela a sus amigas y familia.
Entonces podemos hablar de una doble apropiación: por un lado los protagonistas se apropian de la experiencia compartida del hacer; por otro la tela toma vida propia para ser compartida.
La apropiación como dijimos nos permite decir entonces, que hacer política es una forma de experiencia compartida, que da lugar a la construcción de la subjetividad.
Este es el segundo concepto en el cual nos detendremos: la construcción de la subjetividad.
En este caso, hacer política es una forma de producir subjetividad.
Un ejemplo a pensar: Una niña vino y puso un castillo en un espacio de la tela que estaba vació. En otro grupo, otra niña reclamo el mismo espacio, que según ella había sido marcado para poner su tucán. El castillo estaba a medio camino de ser terminado. La niña del tucán, se enoja porque no acepta otro lugar que el que ella había marcado, insistía que no había otro lugar.
La tallerista tenía un dilema: si cambiaba el lugar del castillo, poniendo el tucán allí, violentaba a la niña del castillo. Si no ponía el tucán allí, la niña no iba a trabajar en el mural. Se retiraba del mismo, ofendida.
Políticas de exclusión estaban planteadas para la tallerista.
Intervinieron otros integrantes del grupo, diciendo que la niña del tucán había dicho que lo iba a hacer ahí. Por lo cual, la tallerista opto por conversar con la niña del castillo, explicándole la situación y proponiéndole elegir otro lugar para su castillo. A pesar de gustarle más el lugar donde estaba el castillo, accedió a cambiarlo. Dijo: «pero bueno». Ella quedo satisfecha al terminar el castillo.
De una situación dilemática se transformo en una situación de conflicto. No se realizo una exclusión, sino que se tramito el conflicto. Lo que se muestra es que la salida del conflicto no es un trámite ideal, de justicia exacta. Hubo renuncia, que trajo satisfacción, por terminar el castillo y sentirlo propio. Así como hubo inquietud en la tallerista por tener que lidiar con una solución que no dejaría en primer momento conforme a quien debía hacer un movimiento de renuncia.
Podemos de esta situación de las niñas del castillo y el tucán, pensar algo más: la salida del dilema hacia el conflicto puso de manifiesto en todos quienes participamos de la situación lo que podríamos llamar; el ejercicio de la capacidad de convivir con y entre las diferencias.
Z. Bauman(12) dice al respecto:»La capacidad de convivir con las diferencias, por no hablar de disfrutar de ellas y aprovecharlas, no se adquiere fácilmente y por cierto no viene sola» y me permito agregar: nos obliga a tramitar encuentros con el otro y renunciar a la idea de un final ideal. Entonces, las acciones políticas hacen a los ciudadanos (sujetos de la polis), o sea hacer política es una forma de hacer y ejercer la ciudadanía.
«La esencia de la civilidad, es la capacidad de interactuar con extraños sin atacarlos por eso, y sin presionarlos para que dejen de serlo o para que renuncien a alguno de los rasgos que los convierte en extraños».(13) Reitero entonces, ejercer la ciudadanía implica exponernos a tramitar la comunicación, la negociación con otros. Es aceptar que estaremos cursando situaciones de conflicto. Y tal vez, esta sea la señal de que hay civilidad.
El suceso Castillo-Tucán nos permite pensar algo más. En un momento hablamos de un dilema, (recuerdan una política de exclusión) podemos pensar que la respuesta de la niña del tucán era la esperable desde una lógica secuencial, «estas conmigo o en contra de mí». Se corta el «entre».
Entendamos esto con Bauman «la decisión de excluir la necesidad de comunicación, negociación y compromiso mutuo, no solo son concebibles sino que aparecen como la respuesta esperable a la incertidumbre existencial a la que han dado lugar la nueva fragilidad y la fluidez de los vínculos sociales»
Volvamos a retomar el tema de la Subjetividad a partir esta mirada:
«La subjetividad actual está marcada por la velocidad en la fluidez, los parámetros que organizaban la experiencia en un medio sólido se desvanecieron….y este derrumbe no forjo otras estrategias generales para guiarse en la velocidad».(14)
«Si hay pura velocidad la operación reflexiva queda imposibilitada…Sin una operación de reflexión que desacelere la fluidez actual, la velocidad disuelve cualquier emprendimiento subjetivo»… «(15)
La realización de la Pintura mural en el taller ha sido una buena oportunidad para generar espacios de civilidad, de negociación, de intercambio, de apropiación de tiempo y espacio de compartir, de «hacer» con otros; de forjar nuevas estrategias.
Como venimos diciendo, el hacer determina por un lado lo que se va haciendo en el orden plástico y por otro, determina al sujeto que hace es decir la experiencia singular dio lugar a la circulación de acciones que llevaron a encuentros, desencuentros, conflictos, negociaciones, renuncias que devinieron en procesos de producción subjetiva.
Me pregunto como seguir pensando este tema de la construcción de la subjetividad, pensando el taller de Expresión Plástica desde una perspectiva política.
Esta es una buena oportunidad para pensar con otros, como hacer para pasar, de políticas de exclusión a políticas de conflicto.
Pensar también, como en las situaciones cotidianas, en micro-culturas podemos ejercitar la interculturalidad. No hay que esperar encontrarse con otras culturas diferentes para ofrecerse a tramitar conflictos.
Las políticas de exclusión se asientan en una lógica dilemática que implica un pensamiento etnocentrista, las políticas de conflicto promueven una actitud de respeto por las diferencias, un respeto que interpela, obliga y ofrece nuevas oportunidades.
Para terminar, otro tramo de la experiencia…
Luego de la fiesta de presentación del mural a familias y amigos del taller la niña que había realizado el tucán llega a su grupo y dice:
«pá… lo que me pasó: me encontré en la presentación con la hermanita de un compañero de clase de la escuela y le pregunté ¿tú que hiciste? y me respondió: «este castillo». Yo casi me muero porque yo fui la que se lo hice sacar del lugar,… pobre.»
Y un compañero del grupo le pregunta:
– ¿y vos le dijiste que eras la del tucán?
-No, no me anime a decírselo.
Escrito por Ps. Elena Bianco Arco – bianco5e@adinet.com.uy
Resumen
El presente trabajo profundizará el tema del etnocentrismo en una situación micro-cultural en un ámbito de Taller de Expresión Plástica. Intentaremos mostrar cómo esposible la deconstrucción de las ideas esencialistas. La deconstrucción y la descentración implican la aceptación de un carácter relativo en los códigos de la relación.
En el trabajo reflexivo nos detendremos en conceptos como Política, el hacer plástico, construcción de la subjetividad, producción de la subjetividad, políticas de exclusión, políticas de conflicto; que nos conducirán a pensar acciones que promuevan el cuestionamiento de las propias creencias, prácticas y profundizar sobre el tema alteridad.
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1) Es decir: favorecer la deconstrucción de visiones esencialistas, promover la aceptación de la alteridad y habilitar el pensamiento crítico de las propias creencias y prácticas.
2) Llamado así por estar ubicado en la calle 14 de Julio, en la zona del Parque Batlle, Montevideo, Uruguay
3) …Encuentro emocional profundo, capaz de hacer confluir…todas sus experiencias, vivencias, sus conocimientos no disociados…»D. Bustos cap.1 «Nuevos rumbos de Psicoterapia Psicodramatica ,Ed. Momento 1985 Buenos Aires.
4) Tareas que desempeño: Docencia directa con niños y jóvenes. Coordinación en Equipo Docente. Docente de práctica. Investigación sobre el del Taller de Expresión Plástica, como gestor de producción de Salud.
5) Texto del Curso a distancia Pedagogía Intercultural. Centro de Estudios Multidisciplinarios. 2006 www.latintraining.net
6) Ver foto 9
7) La plástica, la pienso como una necesidad inherente al Hombre; es decir una forma de trascender, una forma de poner fuera del límite corporal, lo que en el cuerpo no está. Una oportunidad.
8) www.gradocero.tsx.org/
9) Concepto desarrollado por Gilles Deleuze. «Pintura el concepto de diagrama» .ABRN Producciones Graficas Buenos Aires 2007.
10) Toda relación humana vive bajo un signo especifico que la nombra aquí hablamos de Encuentro, los humanos nos» hacemos» humanos desde el encuentro; entonces la humanización es un proceso reciproco. ver: F.Savater «Ética para Amador» Ed.Ariel Barcelona1991.
11) JLMoreno «Psicodrama»HormeS.A.E., Paidos Buenos Aires.1978.
12) Z Bauman «Modernidad líquida «Fondo de Cultura económica. México2003.
13) Z Bauman «Modernidad líquida»Fondo de Cultura económica. México2003.
14) Ballester, Cantarelli ,Lewkowicz. Pausa, ISBN Argentina 2002.
15) Ballester, Cantarelli ,Lewkowicz. Pausa, ISBN Argentina 2002.