Seminarios de Filosofía
En nuestros días, ciertos saberes y experiencias comienzan a provocar inquietud. Se nos ha vuelto imprescindible pensar de otro modo, problematizar los conceptos e ideas que constituyen nuestras teorías y prácticas. Por ello, nos proponemos generar un espacio de pensamiento, investigación y producción, en el cual cada integrante desplegará su propio pensamiento gracias al enriquecimiento de los aportes del grupo y de las lecturas realizadas.
Es preciso, valorizar y clarificar nuestras ideas, realizar un ejercicio de pensamiento creativo que efectúe un hacer innovador. El pensamiento creativo, se enlaza al hacer, genera las condiciones para la modificación de la experiencia singular y colectiva, adquiere envergadura ético – política.
La problematización y la creación a nivel del pensamiento, se efectúan en distintos aspectos de la vida. A nivel de la formación, la lectura y la investigación, se vuelven tan importantes como la producción singular y colectiva. Por tanto, nuestra labor, realizada en el encuentro y en situación, estimulará también, el abordaje de cuestiones que atañen a la vida y a las distintas prácticas discursivas y no discursivas, desde una perspectiva enriquecida por el pensamiento filosófico.
La filosofía se plantea como una actividad problematizante y creativa, involucrada con lo que pasa y nos pasa. Afirma un pensar relacional y productivo, una lógica del sentido y del acontecimiento. Se abre así, la pregunta por el pensamiento por la producción como apuesta ético - estética a la creación de comunidad.
Presentación
El comienzo de mi actividad filosófica lo sitúo en 1984. A partir de ese momento me he dedicado sin interrupción, a la enseñanza filosófica en el ámbito de los seminarios de filosofía. La dedicación exclusiva a esta actividad se sostuvo en la convicción del enlace entre el pensamiento y la vida. La filosofía en sus comienzos griegos muestra este vínculo indisoluble que se realiza en un ejercicio dialogal y se efectúa gracias a una emocionalidad de encuentro y amistad. La preocupación por el universo, por los seres que lo habitan, por la relación de cada uno consigo mismo, con los demás y con el mundo fueron los focos principales de su atención. Hoy, veinticinco siglos después, los hombres y mujeres seguimos preocupados, de un modo completamente distinto, por las mismas cuestiones. Por ello la actividad filosófica exige además de la lectura de textos, la afirmación del enlace entre el pensamiento y la vida; la formulación de preguntas y el planteo de nuevos problemas que traigan consigo la posibilidad de resolución.
La práctica diaria de la enseñanza filosófica muestra que el ejercicio de pensamiento filosófico es una actividad enriquecedora para aquellas personas que cuentan con el deseo y la disposicionalidad necesaria para llevarla a cabo. Muestra también que es una actividad que exige un alto grado de creatividad, puesto que la filosofía es una tarea esencialmente creativa. Por ende, el ejercicio de pensamiento filosófico que se realiza en el ámbito de los seminarios cumple a la vez, con el propósito de incrementar el conocimiento y con el objetivo de estimular la creación de pensamiento individual y grupal. La coordinación acorde con esta propuesta atiende al grupo en general y a cada uno en particular, tiene en cuenta las inquietudes de cada integrante como así también las líneas de pensamiento que el grupo despliega en su labor colectiva.
Por su parte, las personas que se acercan a los seminarios no poseen el mismo nivel de formación, ni tampoco las mismas ganas de profundización e investigación. La disparidad de intereses, la diferencia de propósitos en torno a la filosofía requiere flexibilidad en el planteo de la actividad y la necesidad de realizar distintas propuestas de trabajo a partir de un territorio conceptual común. Fue justamente esta necesidad la que impulsó la configuración de un mapa conceptual, de un territorio a partir del cual se pudiesen desplegar los distintos intereses cognitivos. Y que, a su vez, permitiese realizar un ejercicio de pensamiento creativo individual y colectivo.
El ejercicio de pensamiento filosófico: una apuesta ético-política.
Los seminarios se plantean a partir de un peculiar modo de entender la filosofía: la filosofía como ethos, como una actitud en relación consigo mismo, con los demás y con el mundo.
Los problemas filosóficos son problemas vitales, conciernen a los hombres, a las mujeres, al mundo. Los problemas traen consigo focos intensivos, urgencias, aprisionamientos de las fuerzas vitales. Plantear problemas y comprenderlos exige abrirse a las sensaciones, a las dimensiones afectivas que constituyen la vida de los seres y del mundo. La filosofía y su historia pierden su carácter erudito, se convierten en una memoria-pensamiento en la cual se vuelven relevantes los problemas que se plantearon, las urgencias que le dieron origen. Aparece la preocupación por las circunstancias que hicieron que ciertas cuestiones, ciertas experiencias aceptadas silenciosamente, comenzaran a provocar discusión, a incitar nuevas actitudes, a generar preguntas que, a su vez, dieran lugar a nuevas configuraciones en el pensamiento, a nuevas posibilidades de vida.
El pensamiento filosófico efectúa una actividad creativa en relación con las ideas y los problemas que pueblan su memoria; realiza un ejercicio de pensamiento mediante el cual se desenvuelven nuevas modalidades expresivas, nuevas dimensiones para su despliegue con la insistente convicción de alumbrar la potencia de creación de los hombres y mujeres.
La filosofía desde sus comienzos en Grecia ha realizado un pensamiento que relaciona los aspectos espirituales y mentales de la vida humana con las condiciones materiales de producción y de existencia. Un ejercicio de pensamiento que pone en juego la pregunta por la realidad, por la ética y la política. Una gran tendencia del pensamiento filosófico contemporáneo insiste en seguir trabajando en tales cuestiones, con una actitud abierta a la vida, a lo que sucede en el mundo.
En la actualidad, en relación con otras disciplinas y prácticas, la filosofía elabora ideas que contribuyen a la producción y mejoramiento de las condiciones espirituales y materiales de existencia; aporta al desarrollo de las transformaciones de las modalidades existenciales individuales y colectivas; realiza acciones capaces de enriquecer la vida productiva y comunitaria de las personas.