¿Expresión de qué cuerpo?

¿Expresión de qué cuerpo?

17/05/2013 epensamiento 0

Escrito por Ana Paula Yañez

Cuando me enfrento a la necesidad de poner palabras a la experiencia, no puedo, es más me resulta imposible soslayar la pregunta, de qué cuerpo estamos hablando.

Sabemos que el cuerpo es una construcción, tanto para cada uno en su individualidad como para los distintos saberes con sus respectivas “verdades” (el cuerpo médico, el cuerpo de la ciencia, del ciudadano, etc).

Propongo la siguiente consideración: la expresión corporal solo puede ser pensada, vivida como tal, en el cuerpo planteado por la filosofía no hegemónica[1].

Pienso que la expresión corporal implica un fin en si mismo, no pretende una trascendencia como producto artístico u objeto preciado, ni se rige por reglas a priori que determinen que es lo bueno o lo malo, lo estético o lo bello de lo que se produce.

Es un trabajo que se produce a la vez que se causa a sí mismo, es efecto y causa a la vez. Es del orden de la práctica, de la experiencia no de la abstracción y la determinación formal.

Pero este planteo puede dejarla frente a la lógica clásica como algo sin fundamento, desvalorizado, perteneciente al mundo de la doxa, la opinión y no del saber, la episteme. Plantearlo desde este lugar implica una lógica dualista que distingue entre materia y forma, potencia y acto, lo que produce y lo producido, cuerpo y alma.

Es que en la lógica de la filosofía hegemónica lo valorado es lo trascendente, lo inteligible, la generalización y clasificación, y en este modo la palabra (que es pensada como separada del cuerpo en tanto voz de la razón, del espíritu) es elevada en desmedro de la experimentación, de la pesquisa como búsqueda sin fin predeterminado.

El arte puede entenderse como tal en la medida que tiene un fin, un producto (cuadro, coreografía, etc.), pero también puede entenderse como proceso creativo, el énfasis queda puesto así en lo que se va produciendo. El cuadro por ejemplo, no implica la finalización del proceso artístico en la medida que es parte del proceso de relación de la pintura con su creador, de la relación de la pintura con quien la observa, existiendo así un proceso de génesis permanente, no aquella que tiene un principio y un fin.

No se puede determinar, anticipar, aquello que va a producir un cierto objeto de arte en su observador, es más, considero que el objeto se convierte en artístico en esa relación.

Este punto de la relacionalidad no es para nada menor, ya que somos con otros, vamos siendo con otros, con las afecciones que recibimos y que generamos en los encuentros.

Es decir, esta idea de proceso, de génesis permanente y de relacionalidad es un aspecto que es encarnado en el modo en que se producen los talleres de expresión, que si bien son pensados en un encuadre se caracterizan por la singularidad de lo que allí sucede, aspecto que lo aleja de toda generalización posible. “Ser hoja se vive así”.

Un cuerpo no deja de encontrar cuerpos. En estos encuentros los cuerpos conforman relaciones que se componen o no se componen con la de cada cuerpo. Cuando las relaciones de un cuerpo componen con mi cuerpo existe un aumento de la potencia, de este modo se pasa a formar parte de un otro cuerpo, un “tercer individuo” del cual los cuerpos y sus relaciones forman parte.

Tanto Nietzsche como Spinoza piensan que “el único poder, finalmente es la potencia. Aumentar su potencia es precisamente componer relaciones tales que la cosa y yo – que componemos relaciones- sólo somos dos sub-individualidades de un nuevo individuo formidable”. (Deleuze, 2005)

“Cuando hablo del tercer individuo, no quiere decir que el tercer individuo pre-exista, al componer mis relaciones con otras relaciones, en determinadas condiciones, según determinados aspectos, siempre invento ese tercer individuo del cual el otro y yo no seremos más que partes”. (Deleuze, 2005)

Cuando estamos en el taller y producimos, y se genera algo que entendemos, sentimos que es bueno, es función de esa singularidad que implica ese taller y las singularidades que lo componen. No podemos decir que eso que se produjo es la simple suma de las partes, sino que aquello que ocurre es algo que a la vez que somos parte nos engloba, y sin que se pierda la singularidad se transforma en algo impensado y a la vez nos transforma.

El tema de la transformación o mutación, es fundamental, pero aquí es necesario hacer una aclaración. Estos conceptos se encuentran directamente ligados a la concepción de la esencia, de individuo y de devenir.

Si la definición de esencia es aquello sin lo cual no se puede ser lo que se es, y planteamos que la esencia del hombre es la de ser un ser racional, nos encontramos que si lo logra se encuentra dentro de lo adecuado, tiende a un Bien, lo cual implica una moral, una trascendencia.

Se puede definir la moral como lo que toma la esencia como fin (existe un Bien). Por otra parte, si planteamos que la esencia del hombre es su potencia, es decir lo que un hombre puede, teniendo en cuenta que la potencia siempre es en acto[2], se ve desarticulado el valor trascendente.

Un hombre puede ser tanto un ser racional como un loco, eso es lo que un hombre puede. Al no implicar un Bien, nos encontramos en el terreno de la Ética, de los encuentros, de la singularidad. [3]

Un aspecto fundamental es que la esencia es concebida expresándose en una relación.

Este modo de pensamiento implica una lógica distinta en la cual ya no se puede pensar al sujeto, como “dado”, sino que habría que pensar en procesos de subjetivación, quedando puesto el énfasis en el proceso y en el encuentro y no en su finalidad o tendencia.

Lo pregunta es: ¿qué es lo que puede un cuerpo?

La respuesta variará, tendrá otros efectos según de qué cuerpo se hable.

Podemos plantear, como Spinoza que cada cuerpo o alma (que las considera expresiones del ser) se define por una cierta relación característica compleja, pero también por su poder de afección (afectar y ser afectado). Dirá que no hay un cuerpo que no sea a su vez el mismo muchos cuerpos[4],

Otro modo de concebir el cuerpo gira en torno al cuerpo como instrumento del alma. Esto implica que “todo instrumento puede ser apreciado positivamente por la función que cumple y por lo tanto elogiado, exaltado o también criticado, cuando no responde bien a su finalidad o por implicar limitaciones y condiciones”. (Abbagnano,1960)

En la filosofía clásica lo que puede un cuerpo ya está definido en su potencia, la cual se encuentra predeterminada y se ejerce en acto.

Esto implica una dualidad un tipo de lógica dialéctica, pero entre dos términos preconcebidos, es la transformación en un preexistente. Es decir es la relación entre materia (que queda del lado de la potencia) y forma (queda del lado del acto). Para que un cuerpo ocurra, en este modo de pensamiento, debe existir una forma que determine la materia, que se caracteriza por ser indeterminada pero con la potencia como posibilidad, la cual no se pondrá en acto hasta que encuentre la forma. El nacimiento consiste en la unión de una forma con un ser capaz de recibirla; este ser en potencia, es convertido en ser en acto después de haber recibido la forma. No hay devenir para esta esencia o forma: la forma de la esfera de bronce, que es la forma esférica, no nace cuando se fabrica la esfera de bronce; lo que nace es la unión de la forma esférica y del bronce.

Como se ve, la tesis de Aristóteles conduce a proclamar la inexistencia del ser no definido. (Brehier, 1988)

Pero en este mundo donde todo existe en tanto que forma, que determinación formal, ¿cómo es posible el cambio, si lo que somos deja de ser en tanto perdemos la forma?

Desde otro punto de vista diría atravesar un proceso de expresión corporal implica la experimentación, la puesta en juego de aspectos conocidos y otros nuevos, implica dejarnos atravesar, afectar para ir siendo otros, pero no por eso dejar de ser nosotros mismos. ¿Cómo pensar este aspecto que para una lógica dualista sería paradojal?

Para Spinoza la individualidad de un cuerpo se define por una cierta relación compuesta o compleja – muy compuesta y muy compleja- de movimiento y dereposo que se mantiene a través de todos los cambios que afectan las partes de ese cuerpo, que afectan todas las partes al infinito del cuerpo considerado. (Deleuze, 2005)

Para Nietzsche “dos fuerzas cualesquiera, desiguales, constituyen un cuerpo a partir del momento en que entran en relación: por eso el cuerpo es siempre fruto del azar… es un fenómeno múltiple, al estar compuesto por una pluralidad de fuerzas irreductibles”. (Deleuze, 1998)

Estos planteos abandonan la dualidad mente – cuerpo y determinación formal para hablar en términos de intensidades, fuerzas, relaciones. El cuerpo ya no es más hasta donde llega el límite de su contorno, su piel, su forma humana en su soledad, sino que es un cuerpo que se va produciendo en su relacionalidad.

Una cosa es pensar el límite como contorno lo que implica la idea de forma, esto implica un mundo óptico-táctil. La estatuaria tiene la mayor importancia en ese mundo óptico; es un mundo óptico pero de escultura, donde la forma está determinada en función de un contorno táctil. (Deleuze, 2005)

Otra cosa es plantear que el límite de un cuerpo es el límite de su acción y no el de su contorno. El contorno nos dice de lo que ese cuerpo no es, la superficie de un cuerpo nos dice hasta donde llega ese cuerpo pero no nos dice lo que ese cuerpo es. No puede plantear el cuerpo desde una lógica afirmativa.

Decir que el límite de algo es el límite de su potencia, como acción, implica unlímite dinámico, distinto al límite contorno. Pensar de una manera o de otra tendrá distintos efectos.

Si tomamos el ejemplo de la luz, vemos que su límite se encuentra no en un contorno táctil, que va de acá hasta allá, sino que se define por gradación. La luz va hasta donde va su potencia.

Es otro límite, donde la luz forma parte de la sombra, desarrollando un espacio. La luz es espacializante: no es ella la que está en el espacio, ella constituye el espacio.

Contrariamente a lo estatuario griego, donde el contorno capta la luz, para el mosaico bizantino se trata de luz-color. Es decir, lo que define, lo que marca los límites no es la forma- contorno, sino la pareja luz-color; la figura prosigue hasta donde va la luz que ella capta o emite, y hasta donde va el color del que está compuesta.

Hay un límite contorno y hay un límite tensión. Hay un límite-espacio y hay un límite espacialización (Deleuze,2005).

Si hay algo que se vive, se experiencia a través de la expresión corporal es que el límite no está dado por la forma, que tanto mi cuerpo, como el espacio se va creando a medida que se habita, se transforma. Encarar un experiencia de expresión corporal es afrontar lo indeterminado, es encontrarse donde uno no se sabe, es ir construyendo en esa relación con los otros, otras posibilidades que no encontraríamos nunca desde el cuerpo que nos sabemos o de los saberes que existen sobre nuestro cuerpo.

Escrito por Ana Paula Yañez

BIBLIOGRAFÍA CITADA

1- G. Deleuze, “En medio de Spinoza”, Editorial Cactus, Buenos Aires 2005 – Pág. 85
2- G. Deleuze, “En medio de Spinoza”, Editorial Cactus, Buenos Aires 2005 – Pág. 86
3- N. Abbagnano, “Diccionario de filosofía”, Fondo de cultura, México 1986 – Pág. 268
4- E. Brehier, “Historia de la filosofía. Volumen I”, Editorial Tecnos S.A., Madrid 1988 – Pág.173
5- G. Deleuze, “En medio de Spinoza”, Editorial Cactus, Buenos Aires 2005 – Pág. 176
6- G. Deleuze, “Nietzsche y la filosofía”, Editorial Anagrama, Barcelona 1998 – Pág. 61
7- G. Deleuze, “En medio de Spinoza”, Editorial Cactus, Buenos Aires 2005 – Pág. 104
8- G. Deleuze, “En medio de Spinoza”, Editorial Cactus, Buenos Aires 2005 – Pág. 110

Breve propuesta corporal

1- Caldeamiento

Consigna: “Caminamos, recorremos el espacio, nos estiramos.
Sentimos el apoyo de nuestros pies, el contacto con el suelo que nos sostiene.
También sentimos nuestra piel en contacto con el aire, que nos envuelve, que respiramos y forma parte de nosotros.
Encontramos un lugar donde detenernos y ponernos cómodos”
Tiempo: 3 minutos

2- Inicio

Consigna: “Les propongo jugar que están dentro de una esfera y que nuestro cuerpo comienza a moverse entro de esos límites, estos movimientos a su vez hacen mover la esfera”
Música: Kitaro Tema I (o Vangelis Tema 13)
Tiempo: 5 minutos aprox

3- Medio

Consigna: “Ese límite que representaba a la esfera poco a poco comienza a flexibilizarse, a adherirse a nuestra piel hasta confundirse con ella y esto nos permite otras posibilidades de nuestro cuerpo”
Música: Kitaro Tema II (o Club de Tobi, tema Day Tripper)
Tiempo: 5 minutos aprox

4- Final

Consigna: “Nuestro cuerpo con todas sus posibilidades se mueve y en esos movimientos genera luces y sombras, crea espacios y el límite de nuestra piel ya no es definido portque proyecta su luz y llegamos hasta donde va nuestra luz, que se conecta con otras luces, con otros cuerpos.
Y ya no somos suma de partes sino otreo cuerpo del que formamos parte”
Música: Vangelis Tema II (o Música instrumental uruguaya tema 11)
Tiempo: 5 minutos aprox

5- Cierre

Consigna: “Poco a poco sin perder esa sensación vamos buscando un lugar para descansar”
Tiempo: 2 minutos

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[1] Cuando me refiero a la filosofía hegemónica me encuentro refiriendo a filósofos tales como Platón, Aristóteles, Descartes. Hegel, Kant.

Dentro del pensamiento no hegemónico se encuentran la filosofía estoica, así como Spinoza, Nietzsche, entre otros.

[2] Toda potencia es acto, activa y en acto. La identidad de la potencia y del acto se explica por lo siguiente: toda la potencia es inseparable de un poder de ser afectado y ese poder de ser afectado se halla constante y necesariamente ejercido por afecciones que lo efectúan.(G. Deleuze, “En medio de Spinoza”, Cactus – 2003)

[3] La esencia es siempre una determinación singular. En la ética no hay idea general. Están ustedes, aquel, aquella…hay singularidades. (G. Deleuze, “En medio de Spinoza”, Cactus – 2005)

[4] Entonces, toda afección es afección de la esencia… (G. Deleuze, “En medio de Spinoza”, Cactus 2003 – pag. 162)

Esas afecciones, percepciones y afectos son también afecciones de la esencia. Pero pertenecen a la esencia ¿en tanto que? Ya no en tanto que la esencia es concebida como poseyendo una infinidad de partes extensivas que le pertenecen bajo una cierta relación, sino en tanto que la esencia es concebida como expresándose en una relación.(G. Deleuze, “En medio de Spinoza”, Cactus 2005 – pag. 163)

Afección: es el estado de un cuerpo en tanto que sufre la acción de otro cuerpo…la acción implica siempre un contacto…( 173) Toda mezcla de cuerpos será llamada afección. (G. Deleuze, “En medio de Spinoza”, Cactus 2005 – pag. 174)

Afecto: … esta constituido por la transición vivida o por el paso vivido de un grado de perfección a otro.(G. Deleuze, “En medio de Spinoza”, Cactus 2005 – pag. 172)

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