Reclus: una mirada filosófica
Escrito por Annabel Lee Teles
Presentación del libro de Eliseo Reclus, Evolución, Revolución y otros escritos, editado por Alter ediciones.
Reclus: una mirada filosófica
En primer lugar me gustaría agradecer la invitación a participar en esta mesa. Se trata de un agradecimiento muy especial, puesto que, al realizar una lectura atenta de este libro experimenté un fuerte entusiasmo por la aparición en nuestro medio de un texto que me parece fundamental para la época.
Por su parte, me gustaría destacar la excelente presentación de Alter; como así también el prólogo de Osvaldo Bayer que hace una lectura muy interesante de la obra.
El texto de Reclus nos muestra un pensamiento involucrado con la existencia, con la vida singular y colectiva. Su pensamiento-escritura trae aire fresco, nos vivifica, renueva la relación entre filosofía, ética y política, generando un plano de enriquecimiento mutuo donde sentimos la presencia de su modo peculiar de “hacer geografía con los pies”.1
La problematización del presente
Vivimos tiempos de malestar, de desánimo. Los modos hegemónicos de pensamiento y de acción inducen a la aceptación y aprobación del actual estado de cosas. Desde distintos medios se intenta convencernos de que las cosas son de una determinada manera: “es lo que hay” se nos dice. Y se sostiene así la peor de las esclavitudes, el sometimiento a un modo único de realidad, de existencia con la consabida carga de tristeza y resentimiento.
En ese sentido la lectura de Reclus se vuelve imperiosa, fuerza la pregunta por el presente por las condiciones de producción de los modos de existencia, de la vida colectiva aquí en este tiempo y lugar. También, moviliza la memoria, provoca la emergencia de experiencias pasadas que traen consigo las palabras de Spinoza…
«(…) el gran secreto del régimen monárquico y su máximo interés consisten en mantener engañados a los hombres (…) a fin de que luchen por su esclavitud, como si se tratara de su salvación, (…)”2 en otras palabras a fin de que luchen por su esclavitud, como si se tratara de su libertad.
El texto de Reclus actualiza el decir de Spinoza, pone de manifiesto la dinámica de la esclavitud mediante un pensamiento-experiencia que despliega una lógica potente. Y afirma las transformaciones en el movimiento constante de evolución y revolución propia de la vida. Gracias a lo cual, vuelve a tener sentido la creencia en el pensamiento como ejercicio de libertad.
Reclus nos sacude, nos alienta y a la vez nos interpela, nos fuerza a formular preguntas, a plantear problemas a introducir modificaciones en nuestros modos habituales de pensar y experimentar la realidad. Su pensamiento se vuelve necesario estimula la confianza en las mutaciones, en nosotros mismos, en la vida.
La necesidad de un ejercicio de pensamiento crítico y creativo
Al leer el texto de Reclus nos encontramos con un modo peculiar de concebir el pensamiento, tenemos la sensación de que su valor fundamental no reside en el reconocimiento y la representación, sino en el despliegue de su capacidad configurante, relacional y en su potencia de obrar. Lo que trae aparejado una modificación en el sentido mismo de la acción. La acción adquiere fuerza transformadora, se une al pensamiento, ya no es una operación regida por un esquema sensoriomotor, acción-reacción, que opera en situaciones predeterminadas.
Leemos en el texto de Reclus,
“¿Y la libertad de palabra? ¿Y la libertad de acción? ¿Son otra cosa que consecuencias lógicas de la libertad de pensar? La palabra no es otra cosa que el pensamiento que se ha vuelto sonoro; el acto es el pensamiento hecho visible.”3
La acción en tanto pensamiento en acto, expresa su potencia. El pensamiento-acción se efectúa en la experiencia como creación, como ejercicio expresivo de libertad.
Reclus advierte,
“Los pensadores no deben olvidar jamás que los enemigos del pensamiento son al mismo tiempo, por la lógica de las cosas, los enemigos de toda libertad.”4
El ejercicio de pensamiento enlazado a la libertad estudia los acontecimientos y el encadenamiento de los sucesos en su misma efectuación. Se trata de una modalidad de pensamiento que no intenta subordinar la experiencia a un plano formal-modélico, sino que atiende a ella en su relación con las fuerzas de lo genésico. El pensamiento-acción cuestiona las verdades establecidas, las formas de saber, los modelos de vida que se imponen y se adoptan sin más, dificultando así, la experimentación de lo nuevo.
Una perspectiva filosófica
En la presentación Alter señala el vínculo entre el pensamiento de Reclus y el de Spinoza. El mismo se manifiesta de diversas maneras, pero existe un aspecto relevante: el modo de concebir el ser-naturaleza, la realidad. Reclus, aborda la cuestión con radicalidad, abandona de un plumazo el dualismo ser/ente de la tradición hegemónica y se sitúa en la senda de Spinoza al plantear con palabras claras el concepto de univocidad del ser, el pliegue de lo uno y lo múltiple.
En sus palabras…
“La historia del infinito se halla contada en una gota de agua.”5
Esta concepción del ser enriquece el concepto de lo singular como modo de ser, como individuación intensiva singularizante.
Nuevamente Reclus
“El árbol genealógico de los seres, como el árbol propiamente dicho, es un conjunto de ramas en el que cada una halla su fuerza para vivir, no en la rama precedente, sino en la savia originaria.”6
Aún más, el pensamiento de Reclus abre una nueva dimensión en donde el pensamiento de la evolución sostiene la necesidad de la revolución…
“El movimiento general de la vida en cada ser en particular, y en cada serie de seres, no nos muestra la existencia de una continuidad directa, sino, al contrario, una sucesión indirecta, revolucionaria, por así decirlo. La rama no es continuación de otra rama; (…) El hijo no es continuación del padre o de la madre, sino un nuevo ser. El progreso se realiza por un continuo cambio de puntos de partida, diferentes para cada ser.”7
Siguiendo en esta senda su pensamiento nos deslumbra por su actualidad; en tanto dice el peculiar vínculo entre lo humano y la naturaleza: lo humano singular como parte de la naturaleza, cada ser singular como un modo intrínseco del ser- naturaleza.
Reclus continúa…
“Cuando se trataba ante todo de conocerse a sí mismo, ese examen incesante era necesario al hombre que estudiaba; ahora se hace más indispensable, puesto que se trata de conocer a la Naturaleza, de la que cada individuo no es más que una simple célula.“8
Se despliega así una concepción de la Tierra imprescindible para nuestro presente. Un pensamiento relacional, una lógica de las afecciones, de los afectos y los efectos, donde la relación consigo mismo y los modos de relación colectivos implican la relación con la Naturaleza.
En palabras de Reclus…
“El ideal de pan para todos no es una utopía. La Tierra es suficientemente vasta para abrigarnos a todos en su seno y bastante rica para dar la vida en la abundancia; produce mieses suficientes para que todos tengamos qué comer, plantas fibrosas para que podamos ir vestidos todos los humanos, y piedra y cal abundantes para que cada cual tenga su casa. Tal es el hecho económico en toda su simplicidad.”9
Un plano de entrecruzamiento: filosofía, ética y política.
Reclus dice con sencillez y claridad una modalidad de pensamiento filosófico que vincula la dimensión lógica-ontológica, con la ética y la política, generando un plano donde se expresan los distintos aspectos de lo humano y el mundo.
En relación a esto podríamos decir que lo interesante radica en que al pensar lo político es necesario tener presente la dimensión lógico-ontológica: lo singular es a la vez colectivo.
Y en este sentido el siguiente texto de Reclus me parece relevante…
“Recuerdo todavía el estupor que la proclamación de la República produjo entre los campesinos en 1848: «Todavía es necesario un amo», repetían llenos de anhelo; y en efecto, no tardaron en tener al amo, sin el cual no podían imaginarse que fuera posible la vida social. Su mundo político tenía que ser a imagen y semejanza de su mundo familiar, en el cual reivindicaban la autoridad, la fuerza y hasta la violencia.”10
En el texto de Reclus se vislumbra una lógica peculiar, lo que ocurre a nivel de la vida familiar, de la existencia singular se manifiesta del mismo modo en la existencia colectiva. Es preciso atender a la situación singular, a la ética para pensar lo político. La ética en tanto modo de existencia, manera de vivir se efectúa en lo político.
La presentación de Alter lo dice en sus propios términos…
“En Reclus, el anarquismo es la evolución y la revolución; son las comunidades humanas con relaciones sociales solidarias y libres, respetuosas de la naturaleza, pero es también la libertad absoluta, el trabajo creador, el naturalismo, el vegetarianismo, el amor libre, el pacifismo, la educación no autoritaria…, es una manera de vida.”11
En el momento de concluir
Llegados a este punto me gustaría decir algo que apareció como una insistencia mientras preparaba estas líneas. Se trata de la sensación de que la presente edición de este libro es un acto de justicia en relación a Reclus y a nosotros mismos. En tanto el pensamiento de Reclus alumbra el presente y la imperiosa necesidad que este envuelve. La necesidad de realizar un ejercicio de pensamiento que actualice los diversos recorridos que nos han traído hasta aquí y que vuelva a formular las preguntas que nos inspiran Reclus y Spinoza… ¿Cómo devenir seres capaces de ejercer nuestra potencia-deseo de creación? Y lo que es lo mismo, ¿cómo realizar un ejercicio de libertad singular y colectivo en este tiempo y en este lugar?
Bibliografía
Reclus, E., Evolución, Revolución y otros escritos, Alter Ediciones, Montevideo, 2012.
Spinoza, B., Tratado teológico-político, Alianza, Madrid, 1990.
1 Reclus, E., Evolución, Revolución y otros escritos, Alter Ediciones, Montevideo, 2012, p. 151.
2 Spinoza, B., Tratado teológico-político, Alianza, Madrid, 1986. Prefacio del autor, p. 64.
3 Reclus, E., Evolución, Revolución y otros escritos, Alter Ediciones, Montevideo, 2012, p. 67.
4 Op. cit., p. 52.
5 Op. cit., p. 153.
6 Op. cit., p. 23.
7 Op. cit., ibid.
8 Op. cit., p. 131.
9 Op. cit., p. 64.
10 Op. cit., p. 50.
11 Op. cit., p. 6