Texto para la muestra de Gabriel Nieto – 2012
La obra de Gabriel invita a realizar una experiencia, el color es la pista que nos ayuda a recorrer composiciones intensivas, a transitar una serie. El movimiento del color nos introduce en una atmósfera donde las formas mutan en el devenir de su propia consistencia.
El mismo concepto de forma se modifica en el transcurrir de figuras de límites marcados por trazos fuertes a figuras donde el límite no es más que el umbral que la intensidad del color genera. En el suceder de la serie las formas devienen cuerpos intensivos que adquieren consistencia en múltiples capas de pintura. La armonía inicial es abatida por fuerzas que las trastocan. El movimiento pictórico constante produce distorsiones que traen consigo nuevas visibilidades.
La pintura se vuelve acontecimiento, nos captura. Los lenguajes tradicionales resultan insuficientes, “las letras no dicen”. Los conceptos del artista adquieren vigor en un acto pictórico singular que expresa ideas-sensaciones. La obra de Gabriel muestra el movimiento constante de lo singular y lo múltiple, de lo actual y lo virtual. En su realización despliega un ejercicio de pensamiento creativo que se enriquece en el encuentro y estimula el devenir de la vida colectiva.
Annabel Lee Teles – Agosto 2012