Boletín enero 2011

Boletín enero 2011

10 de junio, 2013 epensamiento 0 Etiquetas: , , ,

Abriendo el juego:
A modo de invitación

Bitácoras:
Lo que estamos haciendo

Borradores de ganas y preguntas:
         Quizás…

Avistamientos:
         Una apuesta al porvenir. La filosofía como ejercicio ético-política
Suite de rabias y anhelos
Bocaditos literarios

Eso que pasa en lo que pasa:
         Murga La Mojigata repertorio 2005
Diálogo en la escuela
Foto: Sucedió un 1º de mayo

Abriendo el juego

A modo de invitación

Una tarde nos dimos cuenta de que algo nos inquietaba, experimentábamos algo de desazón pero también muchas ganas… ganas de expandir lo que estábamos pensando, lo que estábamos queriendo. Conversábamos al respecto, le dimos muchas vueltas hasta que apareció la idea de un boletín mensual que nos permitiera lanzar y recoger resonancias, producciones de distinta índole que brindaran la posibilidad de visibilizar la nutrida trama de hacedores que palpita en nuestros territorios existenciales.

Nos imaginamos que había otros, que al igual que nosotras andaban recorriendo los mismos caminos… caminos que permitieran intensificar las ganas de hacer, de producir con otros.

Nos dimos cuenta que algo nos jugaba en contra, un modo de producción que en su regencia, una y otra vez nos conducía a un callejón sin salida, a la parálisis. Entonces nos percatamos de que se trataba de movimientos que requerían de un peculiar esfuerzo: despegarnos de los modos de hacer largamente aprendidos, que obstaculizan el despliegue de la potencia creativa singular/colectiva.

Hoy largamos la primera piedra, al comenzar esta experiencia abrimos el juego, ponemos a circular lo que estamos haciendo, pensando, queriendo, con ganas de que aquellos que así lo deseen lancen sus pensamientos, sus experiencias y producciones.

Bitácoras

Lo que estamos haciendo

Sobre por qué nos es preciso pensar juntos.

Irupé Rocca

A veces el descontento aflora. Se multiplican los tratamientos medicamentosos, las supersticiones, la venta de “recetas para ser feliz”, el consumismo, la idolatrización de la frivolidad.

Múltiples indicios de una búsqueda inútil por caminos inconducentes.

Nos acostumbramos a esperar. Reforzados por una educación que se da a lo largo de todas nuestras vidas nos colocamos en la carencia. Percibimos que hay cosas que no se nos brindan, que no nos “mandan bien”, que el milagro se hace esperar.

Sometidos con nuestro consentimiento vamos desacostumbrándonos a desplegar nuestra potencia y hay un sinsabor que queda en nuestro paladares, una sensación de falta de sentido y, peor aún, de aburrimiento.

Concibiendo la vida como devenir, nada es tan antinatural como la apatía.

En medio de tanto descreimiento y dejavú, comenzamos a pretender ser seres inconexos, nos retraernos a nuestra esfera de actividad y accionar de modo mecánico y resignado.

Es así que “no nos pasa nada” hasta que empezamos a oír lo que nos pasa y empezamos a construir nuestro que hacer.

Mientras esperamos el gran evento, en el acontecimiento se construye. Nos vinculamos y de las relaciones afloran indicios de un pensamiento común, prácticas cotidianas que se filtran y van haciendo una trama.

En “Espacio” nos damos el lugar para dar cuenta de ese camino, para hacerlo visible y ampliarlo en comunidad. Conversar con otros que han sido parte de esa senda y se sientan, desafiando al tiempo y al espacio, a ser parte de la mesa.

Mientras se nos suele decir que participamos de una cultura, una nación, un paradigma, que nos hallamos regidos por un tópico que nos construye y al cual subyacemos. Así no pretendemos más que hacer culto a nuestra categoría, reforzar el principio.

Aquí sin nombre previo nos juntamos a pensar. Un pensamiento que incluye al concepto, pero que no descansa allí. Se nutre de juego, experimentación y disfrute, porque no obedece a ningún amo, ni tiene la restricción del objetivo.

Cuando nos juntamos las palabras vuelan y sin dejar de ser cada uno, percibimos que hay algo común. Que sabemos de lo que hablamos, que participamos de un mundo compartido y que este no es precisamente el clisé que nos pretenden vender.

Nos congregamos autónomamente y, somos en apariencia muy diversos (edades, formaciones, historias de vida) pero desde lo heterogéneo nos sumergimos en la univocidad.

Somos resonantes porque participamos de una misma inquietud-potencia que ha llevado muchos nombres y que sin embargo nos refiere a todos.

Borradores de ganas y preguntas

Quizás…

Ariana Mira

Acá van algunas de las preguntas que me nacieron, que escuché y resonaron, que ví allí, andando, cuando leí “Política Afectiva”.

¿Cómo convertir lo que nos hace obstáculo en una pista a trabajar, en un algo que nos empuje a pensar, a transformar-nos?

Si es nuestro deseo, deseo de transformación, ¿Seremos capaces de fiarnos de nuestro deseo? ¿De experimentar a donde nos lleve? ¿Cuál es el trabajo de sí consigo, y en nuestros modos relacionales, a que podemos dar lugar?

¿Cómo generar las mejores condiciones para el aumento de la potencia productiva, singular y colectiva, para su apropiación y expansión? Sin juicio moral, en la afirmación de las diferencias, en el entendido de que la libertad de todos nos extiende al infinito. ¿Nos será posible partir de la creencia de que ninguna servidumbre nos hará libre?

Si pudiéramos sentir que no podemos más que atender la vida, en lo que tiene de problemático y potente, en su necesidad productiva, en su devenir mutacional, en su movilidad configurante…

¿Cómo sería entonces pensarnos en términos de devenir, desplegar nuestras ganas, encontrar desde allí las resonancias, colocarnos en la disponibilidad de la producción, de lo que allí ocurre, experimentalmente? ¿Cómo dar lugar a lo propio y afirmar las tramas relacionales en que vivimos? ¿Cómo no tener memoria y sin embargo tenerla, cómo dejar de lado el fantasma de la inconsistencia y el horror al vacío dejado por cualquier deber ser?

¿Cómo no dejar de lado nuestra capacidad de encuentro?

“Quizá, una vez más, la vía sea la confianza en nosotros mismos, en los demás y en la vida. La confianza en el enorme poder de creación que poseemos como seres expresivos del mundo-naturaleza. Poseemos el mismo poder de creación de la naturaleza, la capacidad de pensar y de crear en resonancia con la vida.” (A. Teles, Política Afectiva, p.121)

Avistamientos

Una apuesta al porvenir

La filosofía como ejercicio ético-político

Annabel L. Teles

El pensamiento filosófico se realiza en relación a la vida, a los acontecimientos que la pueblan, expresa una preocupación por aquello que pasa y nos pasa; alumbra los signos del devenir que expresan una mutación y son las señales de una transformación; abre una fisura en el presente, da lugar a lo nuevo, a lo que se distingue del estado de cosas vigente. El presente es lo que somos, pero también lo que estamos dejando de ser.

La actividad filosófica realiza un ejercicio de pensamiento crítico y creativo, se aparta de los condicionamientos históricos, impulsa a pensar distinto de cómo se piensa, para devenir y crear algo nuevo. Presta atención al momento en que aparece una cierta inquietud, surge la pregunta y se genera un problema, una resistencia a lo instaurado que provoca una invención en el pensamiento. La filosofía diagnostica devenires, crea nuevos modos de pensar, de percibir, de sentir y de hacer que traen consigo nuevas tramas del mundo. Pensar es arriesgar ideas, crear conceptos, plantear problemas, hacer visibles cosas que en otras condiciones no podrían verse; pensar es crear.

El pensamiento realiza su potencial creador. La crítica es el elemento positivo de la creación. La actividad creativa de la filosofía cuestiona críticamente lo que se considera normal, las creencias que resultan obvias y se pronuncian en las voces de la opinión generalizada. Toma distancia de toda imagen dogmática, de los discursos con ambición totalitaria que pretenden interpretar, desde su fundamento, la realidady dar respuestas bajo la forma de un saber acabado.

El pensamiento se enlaza a la creación y afirma el acontecimiento

Vivimos una intensa mutación que involucra todos los aspectos de la vida humana. Vislumbramos sus signos, la emergencia de nuevos modos de pensamiento ético-político que concierne a los modos de producción, de relación y a la existencia de los hombres y mujeres. El pensamiento filosófico se enlaza a la creación; apuesta a la transformación de las relaciones de las personas consigo mismas, entre sí y con el mundo; afirma una ética del acontecimiento, de lo que sucede en lo que sucede que abre el juego de relaciones amorosas y alegres.

La devaluación de la vida, la propagación de la miseria material, mental y espiritual es un peligro actual al que debemos atender. Plantear los problemas que atañen a la vida en comunidad de los hombres y mujeres, encontrar vías creativas de abordarlos es una preocupación acuciante para el despliegue de un pensamiento/acción emancipatorio en los distintos aspectos de la existencia.

El pensamiento ético-político abandona la hegemonía de la relación mando-obediencia y avanza en la creación de las mejores condiciones para la efectuación de la potencia, para la realización de las capacidades individuales y colectivas. Afirma las relaciones no-jerárquicas, divergentes y resonantes, la efectuación del deseo político de expandir y construir nuevos territorialidades afectivas y productivas.

La política se vuelve afectiva señala un rumbo para la acción al propiciar territorios existenciales capaces de aumentar la potencia de los seres y efectuar el pasaje del régimen de la carencia y la demanda al de la potencia, la autonomía y la autogestión productiva.

La política afectiva

Las mutaciones, el acontecer material de la transformación se cumple a pesar y gracias a nosotros, involucra a la vida individual y del mundo, busca permanentemente medios expresivos: se efectúa de diferentes maneras y en distintos hechos. No ver su potencia relacional, no ver su fuerza creativa es resignarnos, renunciar a la posibilidad de ejercer nuestra potencia colectiva de invención y producción.

La política afectiva atiende a los modos de relación entre las personas, a las relaciones de producción que son a la vez relaciones poder, a la manera en que éstas se distribuyen y organizan. Abandona la lógica dualista sociedad-individuo, no insiste en un modo de organización de las fuerzas, en un tipo de racionalidad política que sostiene relaciones individualistas de rivalidad y jerarquía con su consabida carga de dominio e impotencia.

Las relaciones afectivas (el poder de afectar y ser afectado) en su movilidad expansiva produce territorios intensivos, planos de consistencia fluidos animados por afectaciones múltiples. La relacionalidad es esencialmente productiva. La lógica relacional afectiva no alude al intercambio, ni a las relaciones entre términos, sino a la producción colectiva e inmanente, genera las condiciones para el advenimiento de modalidades existenciales libertarias.

La vida en comunidad, el ejercicio de la propia potencia, la creación de nuevas capacidades atañe a hombres y mujeres, ancianos y niños. Formula preguntas, plantea problemas: cómo realizar un ejercicio de la propia potencia, cómo generar una vida digna y alegre. Los hombres y mujeres se encuentran en un mar de relaciones que se efectúan como relación con el mundo, con los demás y consigo mismo. La ética se enlaza a la política no parte ni de la separación de los seres entre sí, ni de la separación de los seres con el mundo; se vuelve material en el juego de necesidades inmanentes de la vida colectiva; afirma valores activos y afirmativos.

Suite de rabias y anhelos

(Fragmento)

Ariana Mira

¿Cómo convertir lo que nos hace obstáculo en una pista a trabajar, en un algo que nos empuje a pensar, a transformar-nos?

Se trata de interrogar nuestro deseo, de pensar cómo generar las mejores condiciones para el aumento de la potencia productiva, singular y colectiva, para su apropiación y expansión. No desde el juicio moral, sino en la afirmación de las diferencias, en el entendido de que la libertad de todos nos extiende al infinito.

Necesitamos recuperar la posibilidad de desplegar modos propios de existencia (ética), que requiere la posibilidad de pensar cómo queremos vivir, en qué condiciones, interrogando también lo que esos modos propios propician en relación a las potencias creativas singulares y colectivas.

No se trata ni de cambiar el mundo ni de cambiar las subjetividades desde ningún sistema de creencia. Porque al final, la moral es eso: un saber la verdad. No tiene que ver con los contenidos de aquello que se instala como regencia, sino con la potencia de determinación que ejerce y aspira ejercer sobre las personas y los colectivos, con el corsé que se pone a las potencias singulares y colectivas, con la minorización de los quienes –porque no tienen conciencia, porque no entienden o no saben -, con su sustitución por la vía representativa, por la instauración de la verdad y su sistema de juicio, que se pretenden asentados en el nombre del bien común. Es decir, la moral tiene que ver con la impotencia que instaura. Entonces, ¿nos será posible partir de la creencia de que ninguna servidumbre (carencia) nos hará libres?

(Descargar Texto completo)

Bocaditos literarios

(…) y con la casa vino el pueblo, desde la hora matinal hasta la vespertina y en todo tiempo, la plaza, adonde me mandaban antes de almorzar, y las calles por donde iba a hacer recados y los caminos que seguíamos cuando hacía buen tiempo. Y como ese entretenimiento de los japoneses que meten en un cacharro de porcelana pedacitos de papel, al parecer, informes, que en cuanto se mojan empiezan a estirarse, a tomar formar, a colorearse y a distinguirse, convirtiéndose en flores, en casas, en personajes consistentes y cognoscibles, así ahora todas las flores de nuestro jardín y las del parque del señor Swann y las ninfeas de Vivonne y las buenas gentes del pueblo y sus viviendas chiquitas y la iglesia y Combray entero y sus alrededores, todo eso, pueblo y jardines, que van tomando forma y consistencia, sale de mi taza de té.

Proust, M., En busca del tiempo perdido, 1. Por el camino de Swann, Alianza Editorial, Madrid, 1997.

…………

(…) Illa vivía el presente de forma tan intensa que jamás hubiera creído en la existencia de personas como Tridib, capaces de conocer el mundo con la imaginación tan concretamente como ella lo experimentaba a través de los sentidos, e incluso más, porque esas experiencias quedaban para siempre grabadas en la memoria, (…)

Para la Illa la realidad era hoy: como si viviera en un presente semejante a la esclusa de un canal, aislada de las mareas del pasado y del futuro por compuertas de acero.

Ghosh, A., Líneas de sombra, Anagrama, Barcelona, 1994.

………….

“Operación/creación”

Al comienzo: insularidad.

Luego una cierta tensión. Una tensión creciente. Una tensión que no acaba. Naciente de expansión.

Primer problema: ¿Dónde hallar el terreno para la expansión? (Papel, piedra, arcilla, tela escenario.)

Encontrar su terreno, el terreno para el ejercicio de una vida, de otra vida en instancia, de una nueva vida por hacer, hic et nunc, una vida que no estaba antes.

Encontrando el terreno, sigue la operación desplazamiento.

No para enredar. No para buscar la sublimación, ni siquiera el envilecimiento; tampoco por compensación, sino por esencial desplazamiento. Sola y única operación necesaria.

Para poder interesarse verdaderamente en una vida actualizada. Un autor no es un copista, es el que ha visto antes que otros, el que encuentra un medio de destrabar lo atrancado, de deshacer una situación inaceptable. Aun fracasando, jamás será un fracasado entre los miopes satisfechos. Al destrabar su situación libera cientos de otras situaciones de su época, o de la época que apenas despunta.

El artista pertenece al porvenir, es por eso que arrebata.

Fijarse siempre en sus comienzos equivale a comprender el móvil y equivocarse sobre su sentido.”

Michaux, H., Emergencias y resurgencias.

………….

Ante todo, el artista no concede a las apariencias de la naturaleza la misma importancia apremiante que sus numerosos detractores realistas. No se siente tan sometido a ella, las formas detenidas no representan a sus ojos la esencia del proceso creador en la naturaleza. La naturaleza naturante le importa más que la naturaleza naturada.

Quizás el filósofo sin saberlo, y si no tiene a este mundo por el mejor de los mundos posibles, como los optimistas, ni tampoco quiere afirmar que lo que nos rodea es demasiado malo para que pueda tomárselo como modelo, no obstante él se dice: bajo esta forma recibida, no es el único mundo posible.

El artista escruta entonces con una mirada penetrante las cosas que la naturaleza le ha puesto bajo los ojos completamente formadas.

Más lejos sumerge su mirada y más se ensancha su horizonte del presente al pasado. Y más se imprime en él, en lugar de una imagen finita de la naturaleza, aquella –la única que importa- de la creación como génesis.

(…)

Al permanecer en los límites de la tierra, él se dice: este mundo tuvo un aspecto diferente, un día tendrá un aspecto aún diferente. (…)

Esta facilidad para moverse sobre los caminos de la creación natural es una buena escuela de creación artística. Removido hasta el subsuelo por estas excursiones y vuelto así móvil él mismo, el artista se asegurará la libertad de avanzar sobre sus propias vías de creación.

En esas condiciones, ¿cómo reprocharle el considerar la porción del mundo de las apariencias que le toca en el presente como un simple estadio de una evolución fortuitamente suspendida, accidentalmente coagulada en el espacio y el tiempo, como un dato por demás restringido en comparación con si visión en profundidad y con la movilidad de lo que experimenta?

Klee, P., Teoría del arte moderno, Cactus, Buenos Aires, 2007

Eso que pasa en lo que pasa

La Mojigata repertorio 2005

Ay, qué soledad

la libertad viene en frasquito

comenta el Uruguay

mientras sonríe ahoga un grito

Qué triste que es saber

que le mentimos a uno mismo

Cultura no es un mate

es tu cabeza

No hay mate sin un cebador

no hay tele sin espectador

no hay carnaval que no ande mal

comiendo arroz, vendiendo bacanal

cómo demoran las mudanzas

en la cabeza…

Fuente: Sitio web de murga “La Mojigata”

Diálogo en la escuela

Con infinita rabia y profundo dolor quiero compartir algunas palabras sobre lo que está pasando

a pocas cuadras de la escuela donde trabajo.

No puedo hacer análisis macroestructurales ni quiero despotricar contra el fascista infradotado,

simplemente contar que allí están, bajo toldos deshilachados y tapados por los mosquitos y el

fango, las familias de tres alumnas mías.

Melanie reaparece hoy en la escuela, después de una semana, y me cuenta que su mamá y

su papá, costureros de 20 horas por día, decidieron ir por un pedazo de tierra porque ya no

aguantan más pagar el alquiler de $800 por las dos míseras piezas del hacinamiento donde

viven con sus 5 hijas en la Villa Cildáñez. Dice que el dueño les cobra además $10 por cada

día que se atrasan en la renta. “Y encima dice que es cristiano”, sentencia.

Mónica me cuenta que su madre resistió todas las tinieblas de la noche desde el viernes en

la precaria carpa que se armó con sus manos de obrera. Ayer no durmió bajo la lona: se la

prestó a otra madre que aguantaba el viento con su niña aferrada al pecho. Y hoy en la clase

Mónica nos pregunta a todos, juro que textual: “yo no entiendo porqué la policía en vez de estar

defendiendo a la gente se dedica a perseguir y matar a sus hermanos”.

Aylén ya no tiene miedo. Está acostumbrada porque los domingos recibe el amanecer en La

Salada, contando las monedas que le dejó el fin de semana. Siempre callada, hoy se desviste

las vergüenzas para explicarnos que no hay robo y sí necesidad.

Melisa cuenta que en esos terrenos del Parque hace años que hay olor a muerto. Suele ella

encontrar algunos huesos y más de una vez tuvo que escapar del horror de los cadáveres.

Varios dicen que sí: todos saben que allí descartan los fiambres chorros y yutas. Ese baldío,

cementerio del fin del mundo, es el “espacio público” que los hipócritas dicen defender.

Kevin nos cuenta, casi entre lágrimas, que desde su terraza de la villa 20 quiso ver, pero no

pudo: lo cegó el humo de la furia y la represión.

Los demás escuchan, preguntan, comprenden porque viven igual. En medio de la intensa

charla, Nicole se hace una pregunta sincera: “Yo no sé si esa es la manera de conseguir una

casa”.

Y Ariana impecable, vocera de muchos, comparte: “Yo tampoco sé si es la manera, pero lo

que es seguro es que no lo hacen porque les gusta si no porque no les queda otra. ¿Qué

harían ustedes si no tienen lugar donde vivir con sus familias?”.

Y vuelvo a jurar que el parlamento es casi textual.

quinto de la escuela 15 hoy por la mañana.

Y esto es también algo de lo que no pasó: ninguno le echó la culpa a los bolivianos, ninguno

se quejó porque sí paga sus impuestos, ninguno temió porque le vayan a ocupar también el

Esto es algo de lo que pasó en el aula de

Parque Avellaneda, ninguno pensó que hay “vecinos” por un lado y “usurpadores” por el otro,

ninguno pidió la policía para sentirse más tranquilo.

Eso es todo. Gracias por dejarme compartirlo.

Horacio

(Maestro de 5º grado de la escuela 15, próxima al parque Indoamericano)

Foto: Sucedió un 1º de mayo

“Heraldas de la corte de los milagros”- 1º de mayo de 2004”

(foto de Santiago Flores – grupos: Decidoras y Sobrevivientas)

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