Pierrot le fou

Pierrot le fou

“Pierrot le fou”, Jean-Luc Godard (Francia, 1965). 110 minutos.

Visionada el sábado 8 de junio de 2013

Material Introductorio

Espacio Pensamiento
Convocamos desde la filosofía a un recorrido que nos aproxime a la cuestión del tiempo, a una consideración de las imágenes y los cuerpos que nos permita ampliar nuestras posibilidades de pensar, de percibir y de existir. Invitamos a visionar juntos una selección de películas; es decir a mirarlas y pensar desplegando nuestros puntos de vista. La experiencia del pensamiento consiste en arriesgar ideas, asistir a su nacimiento, a la irrupción de su fuerza y de su concreción. Pensar es crear conceptos, plantear problemas, hacer visible y enunciable aquello que en otras condiciones no hubiera sido posible ver ni decir. El visionado de películas es una actividad abierta al público en general que se desarrollará en el Museo Nacional de Artes Visuales a partir del 25 de mayo, el segundo y cuarto sábado de cada mes de 15 a 17.30 hs.


epensamiento@gmail.com

Pensar el acontecer, las imágenes, los cuerpos
“(…) hacer sensibles el tiempo, el pensamiento,
hacerlos visibles y sonoros”. G. Deleuze

La afirmación del pensamiento-creación, abre nuevas dimensiones. El pensamiento en su despliegue poetiza, crea realidad. Intensifica la relación con uno mismo, con los demás y con la naturaleza. Modifica las condiciones de existencia mentales, espirituales y materiales. Genera nuevas posibilidades de vida.

Teles, A.: Política Afectiva

El hecho moderno es que ya no creemos en este mundo. Ni siquiera creemos en los acontecimientos que nos suceden, el amor, la muerte, como si solo nos concernieran a medias. No somos nosotros los que hacemos cine, es el mundo que se nos aparece como un mal film. A propósito de Banda aparte, Godard decía ‘Son personas que son reales, y es el mundo el que hace banda aparte. Es el mundo que se hace cine. Es el mundo el que no es sincrónico, ellos son justos, son verdaderos, representan la vida. Viven una historia simple, es el mundo alrededor de ellos el que vive un mal guión.’ Lo que se ha roto es el vínculo del hombre con el mundo. A partir de aquí este vínculo se hará objeto de creencia: él es lo imposible que sólo puede volverse a dar en una fe. La creencia ya no se dirige a un mundo distinto, transformado. El hombre está en el mundo como en una situación óptica y sonora pura. La reacción de la que el hombre está desposeído no puede ser reemplazada más que por la creencia. Sólo la creencia en el mundo puede enlazar al hombre con lo que ve y oye. Lo que el cine tiene que filmar no es el mundo, sino la creencia en este mundo, nuestro único vínculo. Lo que el cine tiene que filmar no es el mundo, sino la creencia en este mundo, nuestro único vínculo.
En Godard, el ideal del saber, el ideal socrático se derrumba: el buen discurso, el discurso del militante, del revolucionario, de la feminista, del filósofo, del cineasta, etc., no se ve mejor tratado que el malo. Pues de lo que se trata es de reencontrar, de volver a dar creencia en el mundo, más acá o más allá de las palabras. (…)Devolver las palabras al cuerpo, a la carne. (…) Debemos creer en el cuerpo, pero como germen de vida, como el grano que hace estallar los pavimentos, que se conservó y perpetuó en el santo sudario o en las bandas de la momia y que da fe de la vida, en este mundo tal como es. Necesitamos una ética o una fe, y esto hace reír a los idiotas, no es una necesidad de creer en otra cosa, sino una necesidad de creer en este mundo, del que los idiotas forman parte.

Deleuze, G.: La imagen-tiempo, Ed. Pre-Textos, Valencia, 1995.